Los anturios son plantas resistentes y relativamente fáciles de cuidar, perfectas para añadir un toque de lujo a cualquier hogar u oficina. Sus exuberantes y coloridas flores les han valido el nombre de flor de flamenco, y con los cuidados adecuados pueden prosperar durante muchos años.
El cuidado de los anturios no es difícil, pero es importante saber cómo proporcionar el entorno adecuado a estas hermosas plantas. A continuación, repasaremos todo lo que necesitas saber sobre el cuidado de los anturios, desde el riego adecuado hasta las mejores condiciones de suelo e iluminación, para que tu anturio tenga las mejores posibilidades de prosperar.
Luz y temperatura de los anturios
Los anturios crecen mejor con luz brillante e indirecta. También pueden tolerar algo de luz solar directa, pero demasiada puede hacer que sus hojas se chamusquen o marchiten. Lo mejor es colocarlos en un lugar que reciba luz solar durante todo el día, pero con una fuente de sombra, como cortinas o una mosquitera.
El intervalo de temperatura ideal para estos es de entre 70 y 80 grados Fahrenheit. Pueden tolerar un rango superior, pero las temperaturas inferiores a 40 grados pueden hacer que sus hojas chisporroteen. Manténlos alejados de puertas o ventanas con corrientes de aire.
Riego de los anturios
A los anturios les gusta estar húmedos, pero no mojados. Riega tu anturio cada 2-3 semanas en invierno y cada 5-7 días en verano. Es mejor utilizar agua a temperatura ambiente. Si las hojas empiezan a ponerse amarillas o a desarrollar manchas marrones, es señal de que tu anturio está recibiendo demasiada agua o muy poca.
Suelo y abono
Las plantas de anturio se desarrollan mejor en un suelo de turba que drene bien. La tierra estándar para macetas está bien para estos, pero añadir un poco de mezcla para macetas de orquídeas o una mezcla casera aireada puede ayudar a mejorar el drenaje. Es importante evitar el uso de tierra de jardín pesada, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
Los anturios crecen mejor si se fertilizan una vez al mes durante la temporada de crecimiento con un abono equilibrado y soluble en agua, aplicado a la mitad de la dosis recomendada. También puedes utilizar un abono de liberación lenta para alimentar a tu anturio durante un período prolongado.
Propagación y trasplante
La mejor forma de propagar los anturios es por división, cortando las raíces de la planta madre y trasplantando los trozos en un medio nuevo. También puedes propagar anturios a partir de semillas, pero este proceso puede tardar varios años en producir una planta madura.
Si tu planta crece demasiado, es hora de trasplantarlo. La primavera es el mejor momento para trasplantar los anturios y evitar que se dañen las raíces. Retira con cuidado la planta de su maceta y separa con cuidado las raíces, sustituyendo la tierra por una mezcla que drene bien.
Pestes y enfermedades
Los anturios son relativamente resistentes a las plagas y enfermedades, pero aun así pueden verse afectados por plagas y enfermedades fúngicas. Entre las plagas más comunes que pueden ser un problema en el cuidado de los anturios están las cochinillas, los pulgones y las cochinillas, mientras que entre las enfermedades fúngicas más comunes están la podredumbre de la raíz, la mancha foliar y el oídio.
La mejor forma de prevenir plagas y enfermedades en los anturios es mantener las plantas bien regadas y abonadas, y rotarlas entre el interior y el exterior. Si las plagas o una enfermedad fúngica se convierten en un problema, tratar la planta con un jabón insecticida o fungicida y eliminar las hojas dañadas o infectadas ayudará a controlar el problema.
Conclusión
Con los cuidados adecuados, cuidar anturios puede ser una experiencia gratificante y agradable. Vigila las condiciones de luz y temperatura, riega con regularidad, abona cada mes y toma medidas para mantener a raya las plagas y enfermedades, y tu anturio prosperará durante muchos años. Disfruta de tu hermoso y exuberante anturio, sabiendo que le estás proporcionando todos los cuidados que necesita para florecer.