Las sansevierias, también conocidas como plantas serpiente o lengua de suegra, son unas de las plantas de interior ideales para tener en casa. Sus llamativas hojas dan la bienvenida a cualquier habitación, y su resistencia hace que requieran poco mantenimiento.
En estado silvestre, las sansevierias se encuentran en las regiones más cálidas de África, Asia y las islas del Pacífico. Suelen cultivarse como plantas de interior en regiones templadas, donde pueden adaptarse fácilmente a las condiciones de interior.
Estas plantas tienen muchas formas, tamaños y colores diferentes. Las plantas altas pueden alcanzar una altura de tres a cinco pies, mientras que las sansevierias enanas miden una media de seis a diez pulgadas. También pueden tener hojas de un verde oscuro impresionante, variegadas y blancas, según la especie.
Luz para las sansevierias
Las sansevierias pueden tolerar niveles bajos de luz y crecer en diversas condiciones. La luz brillante y directa puede quemar rápidamente las hojas, por lo que es mejor mantenerlas en una zona de luz solar indirecta. También soportan temperaturas más altas que la mayoría de las plantas, por lo que pueden mantenerse cerca de fuentes de luz, como ventanas o rejillas de calefacción. Sin embargo, deben mantenerse alejadas de las corrientes de aire y de las temperaturas extremas.
Temperatura y humedad de las sansevierias
Las sansevierias prosperan mejor a temperaturas de entre 60 y 85°F, aunque pueden soportar temperaturas nocturnas de hasta 50°F. También soportan una amplia gama de niveles de humedad, de bajos a altos. Si el aire es demasiado seco, puedes aumentar los niveles de humedad nebulizando la planta con regularidad, o colocando una bandeja de guijarros debajo de la maceta.
Agua y Tierra
Las sansevierias necesitan muy poca agua, y de hecho prefieren que se las riegue ligeramente poco. Riega la planta cada 2-4 semanas, dejando que se seque el primer centímetro de tierra antes de volver a regar. Un riego excesivo puede provocar la pudrición de las raíces, así que vierte siempre el exceso de agua del platillo para evitarlo.
En cuanto al tipo de tierra, las sansevierias prefieren una mezcla para macetas ligeramente ácida y con buen drenaje. Evita los suelos pesados con alto contenido en arcilla, ya que pueden provocar retención de agua y pudrición de las raíces. Una mezcla para cactus o una mezcla a partes iguales de turba, perlita y arena son buenas opciones a tener en cuenta.
Fertilización y trasplante
Las sansevierias pueden abonarse ligeramente cada 2-3 meses con un fertilizante de uso general para plantas de interior. Asegúrate de seguir las instrucciones del envase para una dosificación y aplicación adecuadas.
Dependiendo del tamaño y la edad de la planta, las sansevierias deben trasplantarse cada 2-3 años. La nueva maceta debe ser sólo unos centímetros más grande que la actual para evitar una retención excesiva de humedad en el suelo. Asegúrate de trasplantar la planta en primavera, cuando esté creciendo activamente y echando hojas nuevas.
Control de plagas y enfermedades
Las sansevierias suelen ser resistentes a las plagas, pero pueden surgir problemas ocasionales de arañas rojas, cochinillas y cochinillas harinosas. Utilizar un jabón insecticida suave o aceite de neem en las hojas puede ayudar a controlar estas plagas. En cuanto a las enfermedades, la podredumbre de las raíces es el problema más común, que puede evitarse proporcionando un drenaje adecuado al suelo y evitando el riego excesivo.
Conclusión
Las sansevierias son una de las plantas de interior más fáciles de cuidar, lo que las convierte en una opción ideal para los que se inician en la jardinería de interior. Con su llamativo follaje y sus escasos requisitos de mantenimiento, no es de extrañar que estas plantas sean tan populares. Siguiendo nuestra guía, podrás ayudar a mantener tus sansevierias sanas y prósperas durante años.