Conocidos por sus flores vibrantes y duraderas, los claveles son flores populares para ocasiones especiales, jardines domésticos o establecimientos comerciales. Con los cuidados adecuados, los claveles pueden durar hasta dos semanas en un jarrón e incluso más cuando se cultivan en un jardín. En este artículo trataremos todos los aspectos importantes del cuidado de los claveles, desde las condiciones óptimas de cultivo hasta los problemas más comunes y cómo resolverlos.
Tipos de claveles
Los claveles vienen en una gran variedad de colores y tamaños, desde los miniclaveles diminutos hasta los grandes claveles pulverizados. Los tipos más cultivados son: Chaba, que son de un tono rojo vibrante y tienen un aroma penetrante; simples o comunes, que son la variedad más conocida y vienen en casi todos los colores; y mini claveles, con flores más pequeñas y follaje más delicado. Además, también hay otros tipos populares, como los claveles en espray y de jardín.
Cuidados de claveles con el Clima y el suelo
Estos son originarios de la región mediterránea, donde prosperan en climas cálidos y secos. Por tanto, el clima ideal para cultivarlos es el soleado y seco, con temperaturas medias de 65 a 90 grados Fahrenheit. Los claveles crecen mejor en suelos con buen drenaje y ligeramente ácidos, con un pH de entre 6,2 y 6,8. Si el suelo es arcilloso, el pH puede variar. Si el suelo es arcilloso, es mejor mezclar un poco de arena para mejorar el drenaje.
Riego y abono en los cuidados de claveles
En cuanto al riego, son relativamente fáciles de cuidar, ya que no son plantas especialmente sedientas. En general, sólo se deben regar cuando la parte superior del suelo esté seca al tacto. El riego excesivo puede provocar la aparición de moho o la pudrición de las raíces, por lo que es importante no dejar que la tierra se encharque. Además del riego regular, estos necesitan abono cada dos o tres semanas durante la temporada de crecimiento. Deben alimentarse con un abono líquido equilibrado, que contenga cantidades iguales de nitrógeno, fósforo y potasio.
Poda y decoloración de los claveles
En los cuidados de claveles, es importante podar y decolorar regularmente los claveles para estimular el crecimiento de nuevos brotes y prolongar el periodo de floración. Podar regularmente los tallos viejos y las flores marchitas es esencial para mantener la salud de las plantas. La poda debe hacerse a mediados o finales del verano para favorecer una segunda floración en otoño. Además, una vez terminada la floración, es mejor quitar las flores gastadas para animar a la planta a producir nuevas flores.
Control de plagas y enfermedades
Por desgracia, los claveles son susceptibles a una serie de plagas y enfermedades. Entre los problemas más comunes están el oídio, la roya, la mancha foliar y una serie de insectos como pulgones, trips y ácaros. El oídio, que aparece como una sustancia blanca pulverulenta en el follaje, es una infección fúngica y debe tratarse con un aerosol antifúngico. La roya y la mancha foliar pueden tratarse con un fungicida de uso general, mientras que las plagas pueden controlarse con un jabón insecticida o aceite hortícola.
Conclusión
Los claveles son flores hermosas y duraderas que pueden cultivarse fácilmente en el jardín doméstico. Unos cuidados adecuados que incluyan un clima y un suelo óptimos, así como el riego, el abonado, la poda y la decoloración regulares, son esenciales para que los claveles estén sanos y vibrantes. Además, deben utilizarse controles culturales y químicos para evitar que las plagas y enfermedades dañen las plantas. Siguiendo estos consejos y recomendaciones, los jardineros pueden disfrutar de un despliegue continuo de claveles coloridos y fragantes.