El Bambú de la Suerte, o Dracaena Braunii, es una planta pequeña de bajo mantenimiento de la que se dice que trae buena suerte y fortuna cuando se cuida adecuadamente. Puede crecer en diversos entornos y se considera una planta fácil de mantener, pero como cualquier planta, hay medidas que debes tomar para garantizar su salud y crecimiento adecuados. En este artículo veremos cómo cuidar tu bambú de la suerte con consejos para plantarlo, regarlo y cuidarlo.
Plantar el bambú de la suerte
El bambú de la suerte puede plantarse en cualquier suelo que drene bien. Una mezcla suelta y arenosa funcionará bien. Para empezar, separa las raíces del recipiente tirando suavemente de ellas. Coloca las raíces en el nuevo recipiente y cúbrelas con tierra. Asegúrate de que la tierra esté firme alrededor de las raíces y añade una capa superior de piedrecitas para ayudar a mantener la tierra en su sitio.
Cuando plantes bambú de la suerte, es buena idea tener una maceta con orificio de drenaje, aunque utilices piedras o guijarros para mantener la tierra en su sitio. Esto ayuda a garantizar que el agua drene correctamente, lo que puede contribuir a evitar la pudrición de las raíces. Lo mejor es elegir una maceta más ancha que alta, ya que ayudará a distribuir el agua y evitará que la planta se vuelque.
Riego del bambú de la suerte
El bambú de la suerte no es una planta acuática, por lo que no requiere un riego constante. De hecho, el riego excesivo puede hacer que la planta desarrolle podredumbre radicular. Debes regar el bambú de la suerte cuando el centímetro superior de la tierra esté seco. Esto puede tardar entre una semana y un mes, dependiendo del entorno.
Al regar, asegúrate de utilizar agua filtrada, destilada o de lluvia, si es posible. El bambú de la suerte es sensible a las sustancias químicas del agua del grifo, como el cloro y el flúor. Llena la maceta con agua suficiente para que llegue a la parte superior de las raíces, y deja reposar el agua unos minutos para que drene el exceso. Asegúrate de no dejar nunca que las raíces se sequen, ya que podrían dañar la planta.
Luz y temperatura del bambú de la suerte
El bambú de la suerte se desarrolla mejor con luz indirecta y brillante. No debe colocarse a pleno sol directo, ya que las hojas pueden quemarse. Lo mejor es colocarlo cerca de una ventana orientada al sur o a unos metros de una fuente de luz brillante. Mantén la planta alejada de conductos de ventilación o zonas con corrientes de aire, ya que pueden dañar las hojas.
El bambú de la suerte es sensible tanto a las temperaturas cálidas como a las frías. Le van bien las temperaturas entre 65 y 85 °F. Si la temperatura es inferior a 60°F o superior a 100°F, puede dañar la planta.
Fertilización y poda del bambú de la suerte
El bambú de la suerte debe alimentarse con un fertilizante líquido cada dos meses. Utiliza una dosis media de un abono soluble en agua para evitar sobrealimentar la planta.
No es necesario podar el bambú de la suerte, pero puedes recortar los tallos que crezcan fuera de escala. Utiliza unas tijeras afiladas para quitar los tallos, asegurándote de cortar en la base para estimular el nuevo crecimiento. Si la planta crece demasiado para tu gusto, también puedes recortarla hasta la altura deseada. Coloca los esquejes en agua para que enraícen, y vuelve a plantarlos en una maceta nueva cuando las raíces se hayan desarrollado.
Prevención de insectos y enfermedades
El bambú de la suerte suele ser resistente a la mayoría de las plagas y enfermedades, pero sigue siendo una buena idea vigilar cualquier signo de daño o enfermedad causado por insectos. Si observas alguna plaga, puedes utilizar un jabón insecticida suave para tratar la planta. Asegúrate de probar primero en una zona pequeña para evitar daños mayores.
Si observas que las hojas se están volviendo amarillas o el tallo está blando o descolorido, podría ser un signo de podredumbre de la raíz. Si es así, saca la planta de la maceta y lava las raíces con agua limpia y filtrada. Colocar la planta en una tierra nueva que drene bien puede ayudar a revivirla.
Conclusión
El bambú de la suerte puede ser una planta agradable y fácil de cuidar, siempre que sigas unas sencillas precauciones. Asegúrate de utilizar tierra que drene bien y una maceta con orificio de drenaje. Riega sólo cuando se seque el último centímetro de tierra y, si es posible, utiliza agua filtrada. Mantén la planta en un lugar con luz indirecta y brillante, y asegúrate de que se mantiene a una temperatura agradable, entre 65 y 85 °F. Abónala con un fertilizante hidrosoluble cada dos meses, y pódala cuando sea necesario. Por último, vigila cualquier signo de daño causado por insectos o enfermedades, y toma las medidas preventivas necesarias.
Siguiendo estos consejos, podrás ayudar a tu planta de bambú de la suerte a crecer con todo su potencial y, con un poco de suerte, te traerá algo de buena fortuna por el camino.